domingo, 14 de octubre de 2012

La provincia de Napo en el contexto regional y nacional “retos presentes y futuros”




Ha sido tema de debate permanente en Ecuador y particularmente en la provincia de Napo, la necesidad de evolucionar en el modelo de desarrollo económico actual que es el primario – extractivo – exportador, a uno que incorpore el componente socio-cultural y ambiental, de tal manera que posibilite insertarnos en la economía regional, nacional y mundial con mayor fuerza[1], y ha partir de esto,  se faciliten nuevos escenarios que  generen calidad de vida y bienestar a  la población. Bien es conocido que Napo es una provincia con alta biodiversidad, con al menos 17 ecosistemas identificados[2] que van desde los 260 msnm con bosques siempre verde de tierras bajas hasta los 5.720 msnm con nieves perpetuas. Esta es una de las razones por las cuales aproximadamente el 67% de su territorio se encuentra bajo una categoría de conservación[3]  Sin embargo tiene estadísticas sociales que la muestran entre las más pobres de la república[4].

Allí surge la eterna pregunta, como revertir estos alarmantes indicadores sociales, ya que su permanencia es caldo de cultivo ideal para generar conflictos socio-ambientales en el mediano plazo. A continuación se ensaya algunas ideas generales, por ejemplo fortaleciendo el tejido empresarial y creando nuevas  empresas que a través de la transformación de materia prima, generen empleo, redistribuyendo la riqueza, proporcionado ventajas a las zonas ahora “perdedoras”  hasta equipararlas a las regiones “ganadoras”[5], articulando de manera efectiva los herramientas de planificación como los PDyOT[6] facilitando la  participación ciudadana; aprovechando la infraestructura actual como el Aeropuerto Jumandy, las vías de conexión hacia la amazonia sur y norte como también con el Distrito Metropolitano de Quito y la región Interandina,  finalmente fortaleciendo la demanda de bienes y servicios[7].  

A nivel mundial la tendencia es crear bloques económicos. Ante la evidente disminución del poder del centro (EE.UU)[8], las periferias, ven la posibilidad de juntar voluntades y unificar esfuerzos generando alianzas. Como el colosal ceibo, que al caer en medio de la selva, posibilita que especies menores crezcan y se conviertan también en árboles.  América Latina esta en ese proceso, por necesidad y obligación. Se identifican dos corrientes claramente definidas, la una integrada por países como Brasil, Chile y Perú, con economías sólidas, mayormente integradas a mercados, y democracias estables; y el otro de corte  “revolucionario” como Ecuador, Bolivia y Venezuela, más afecto a sentimientos, sustentados en ingresos producto de la extracción de recursos naturales como el petróleo y gas, con la aplicación de políticas públicas que fortalecen el rol del estado nacional, y que se encuentran en franco proceso de  fortalecimiento de sus democracias[9].  

Para Jaime Gallegos  profesor de economía de la PUCE-Quito, se debería fortalecer el modelo de crear una “sociedad del conocimiento” y eso implica realizar cambios que modifiquen estructuras ortodoxas tradicionales, se priorice el interés nacional y finalmente se tenga claramente definida una ruta directriz en la política económica aplicada desde el Gobierno Nacional[10]

A nivel nacional SENPLADES, fiel seguidora de los enunciados de Raúl Prebish, quien a través de la “Teoría de la dependencia”[11], sostenía que si países periféricos querían entrar en la senda del desarrollo sostenido, se haría necesario que se les permitiera un cierto proteccionismo en el comercio exterior y estrategias de substitución de importaciones. En esa lógica el Gobierno Nacional propuso empezar el cambio de modelo de primario – extractivo – exportador a un país terciario exportador de bio-conocimientos y servicios turísticos. Para ello proyecta destinar hasta el año 2013 la suma de 8.300 millones de dólares[12]. La consulta salta inmediatamente: ¿la demanda mundial esta realmente necesitando de los servicios y productos que el país pretende ofertar?, ¿realmente hacia allá esta direccionado el mercado internacional?.

En ese contexto, para quienes habitamos la Amazonía del Ecuador y la provincia de Napo en particular, las siguientes interrogantes surgen de cajón:. ¿Qué modelo de desarrollo hemos tenido como región?, ¿de qué manera nos insertamos en la propuesta del Gobierno Nacional?, ¿estamos preparados para ser parte de una estrategia de desarrollo poli céntrica?, ¿tienen conciencia nuestros líderes políticos de la importancia del momento histórico en el cual estamos? Son muchas interrogantes, complejas de responder integralmente, sin embargo, se intentará reflexionar sobre las mismas y ensayar posibles acciones a emprender.

Históricamente el actual territorio de la Amazonía, fue visto desde ópticas desarticulantes, que a la larga ha significado endosarle mitos como la riqueza,  pobreza y del vacío territorial, lamentablemente presentes hasta la actualidad en algunos círculos de poder. El primero: el Dorado, el cual reseñaba la existencia de un paradisiaco lugar, en el cual los aborígenes bañaban su cuerpo con polvo de oro. Era el sueño del “conquistador”, la motivación que permitía todo tipo de sacrificios y exposiciones;   el segundo,        que identificaba a la zona como sitio de permanente pobreza en sus habitantes, y finalmente el tercero que hace referencia a lugar de destierro, habitado por  salvajes, fieras, clima atroz y enfermedades; en suma el “infierno verde” en la tierra[13].

Las elites ecuatorianas, lamentablemente en su estrategia geopolítica, no priorizaron desde su inicio el desarrollo de la Amazonía. Pugnas internas por captar el poder político, entre latifundistas – gamonales de la Sierra[14] y el novísimo grupo de exportadores en la Costa, significó que no se aplicara una planificación para ocupar el territorio de manera ordenada y estratégica, de tal suerte que cree asentamientos humanos permanentes y por ende soberanía ecuatoriana. Los resultados que tenemos son evidentes, zonas fuera del control gubernamental, presencia de aventureros que esclavizaban a la población local para obtener mano de obra para la extracción de caucho, oro y productos vegetales como la pita, hasta el establecimiento de verdaderos centros de opresión en las llamadas haciendas, espacios que reeditaban los huasipungos en la Sierra, con patrones que tenían a su cargo extensas zonas de selva, y bajo su propiedad,  familias indígenas con total control sobre su destino y vidas[15].

En el siglo XIX la Amazonía tuvo importantes presencias de misioneros (jesuitas,  capuchinos, dominicos), quienes establecieron “Misiones” cuyo objetivo era “llevar la palabra de Dios a los salvajes” y “ser fuente de alivio a sus terribles necesidades”, propósitos cumplidos a medias.
Las actividades económicas no tienen registros sólidos, sin embargo si consideramos la zona de la actual provincia de Napo y Orellana, el flujo comercial estuvo marcado por la explotación de materia prima, el famoso hilo de pita, la canela (ocotea quixos), el oro lavado en las orillas del río Napo e incluso exportaciones de cacao.

Desde finales del siglo XIX hasta mediados de la década del 20 (siglo XX), la zona fue ampliamente recorrida por aventureros y comerciantes de caucho. Verdaderas legiones recorrieron la zona, contratando o capturando a la población nativa, para llevarles a buscar caucho. Cientos de familias indígenas fueron trasladadas a la fuerza desde la región del Alto Napo, hasta lugares que actualmente corresponden a la Amazonía peruana. El boom económico que no generó desarrollo a la región, terminó cuando las empresas automovilísticas de los EE.UU tuvieron sus propios cultivos de caucho y con el aparecimiento del caucho sintético.

La época liberal, quizá con  el único líder ecuatoriano que pensó en la Amazonía desde un enfoque geopolítico y su importancia para el país en el futuro, fue el General Eloy Alfaro, quien propuso y empezó a construir el Tren al Curayay, curso de agua desde el cual se podría navegar al rio Amazonas y de allí al océano Atlántico, ruta alternativa para acceder a los mercados europeos, pero sobre todo implementar una estrategia de ocupación del territorio, vistas las intenciones expansionistas del vecino del sur: Perú[16].

En el siglo XX, la Amazonía más conocida en los círculos de poder como el “oriente” cobró importancia relativa en 1941, cuando el Perú oficializó tras una breve guerra la ocupación de territorios amazónicos,  legalizando esa acción con el tratado de límites firmado en Rio de Janeiro. El Gobierno ecuatoriano, enarboló a través del Presidente José María Velasco Ibarra la tesis de la “herida abierta”, desconociendo la firma del protocolo de límites y buena vecindad, e inició una guerra mediática que culminó en noviembre de 1998 cuando los presidentes Yamil Mahuad de Ecuador y Alberto Fujimori de Perú, firmaron el acuerdo de paz definitivo.
Para dar sustento a su propuesta, Velasco Ibarra, impulsó una política de fronteras vivas, trasladando miles de familias de la sierra central y sur, a las provincias amazónicas, generándose nuevos asentamientos humanos. Los “colonos”, desarrollaron paquetes tecnológicos aplicados a la Sierra, como es el cultivo de caña de azúcar, para producir y comercializar panela y alcohol, como también extensas zonas de pastizales, para la producción de ganado vacuno. Sin embargo esta producción por la ausencia de medios adecuados de vías, siempre estuvo a niveles de subsistencia y su impacto en la economía nacional no fue desequilibrante. Los mismos asentamientos humanos de la Amazonía estaban dispersos y limitados en su número, su densidad de población baja y muy vinculada a capitales de la región interandina[17].

Siglo XX inicios de la década de los años 70, Este estado de cosas cambia dramáticamente, espacialmente para la Amazonía norte, con el descubrimiento de petróleo, la construcción de nuevas líneas de comunicación vial, el ingreso de miles de familias interesadas en obtener una propiedad con relativa facilidad.
El petróleo en estos años de explotación, ha llegado a generar hasta el 50% de los ingresos generales del país. Sobre esta riqueza maravillosa, se han creado imperios económicos, desarrollado el centro, pero también generado afectación a los recursos de la periferia, niveles de pobreza desesperante y ausencia de una planificación nacional y local[18].
Entonces ¿es nuestra economía primaria – extractiva – exportadora a nivel interno? la respuesta es positiva, sin embargo, los recursos productos de la explotación petrolera fueron distribuidos de manera discriminada, inequitativa y en muchas ocasiones bajo la presión de un paro o con la suspensión de las actividades petroleras.  Ejemplos tenemos por doquier, tras casi 40 años de explotación petrolera recién se está concluyendo el mejoramiento de las vías terrestres.

¿Y nuestros líderes locales?, Muchos de ellos han replicado practicas populistas, con administraciones asistencialistas, sin una planificación a largo plazo que involucre a la población local. Con voluntades políticas limitadas al momento de cambiar estructuras locales caducas. Producto de ello desde el retorno de la democracia se han generado verdaderos cacicazgos políticos, que han marcado muchos casos que la población elija a representantes que estén preparados para asumir sus competencias públicas. Otro aspecto común son los “camisetazos” políticos, marcados por el deseo del político local de acercarse al gobierno de turno para acceder a recursos económicos para cumplir con sus ofertas de campaña.

¿Y Educación? El servicio de educación general básica y bachillerato aún es deficitario, la ESPEA la única universidad amazónica fue suspendida en mayo de 2012 por baja calidad académica. Queda la esperanza que el Gobierno Nacional concluya los trabajos de la nueva universidad IKIAM ajustandola a los requerimientos locales. Sin embargo el estado actual genera que la Población Económica Activa, PEA local, este ubicada en un 64% en el sector primario, sin una cultura de la documentación, y sin propuestas de desarrollo a mediano y largo plazo.
Sin embargo, son los recursos naturales renovables y no renovables  los que marcarán el destino de la  región. En el subsuelo se tiene extensas reservas probadas de crudo liviano y pesado, oro, sílice, caliza e inclusive uranio. Mientras que en la superficie producto de la pluviosidad y temperatura, la biodiversidad en flora y fauna ocupa los primeros puestos a nivel mundial, eso sin contar con la riqueza de las comunidades indígenas allí asentadas.  Quizá por allí nuestra región también pueda alinearse a la estrategia estatal, se puede aprovechar la Biodiversidad  de la siguiente manera:
-          La flora: para la investigación en medicina, el ecoturismo y los  servicios ambientales e inclusive la explotación forestal.
-          El Bio Comercio, aplicando correctamente sus principios fundamentales.
-          Con el agua, una forma de  de contribuir a su conservación y manejo adecuado de las cuencas hidrográficas sería su aprovechamiento en la generación de energía.
-          Los recursos minerales también deberían ser explotados, sin embargo la región debe actuar con imaginación, prontitud  anticipándose a planteamientos del centro, y generando propuestas para el desarrollo, en base a sus características locales. La nueva constitución posibilita a través del artículo 250 la elaboración de una ley especial la cual “incluirá aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales, con un ordenamiento territorial que garantice la conservación y protección de sus ecosistemas y el principio del Sumak Kawsay”. 

 

1.       Propuesta de Cambio. El importante que los Amazónicos entendamos que nuestro futuro se encuentra en nuestras manos, no en otro lugar, para ello es clave trabajar fuertemente en nuestra aptitud y principalmente en nuestra actitud hacia el cambio.
2.       Hagamos  una revolución, cambiando viejas prácticas locales de caciquismos políticos, generando propuestas de desarrollo para definir nuestro modelo de desarrollo con identidad Amazónica, preparando una nueva generación de gobernantes, comprometida con el territorio.
3.       Los Amazónicos debemos prepararnos más, estudiando, presionando a nuestros líderes políticos para que se interesen por impulsar procesos para mejorar la educación, sistematizar los conocimientos ancestrales, reconocernos como mestizos e indígenas. La interculturalidad debe ser un elemento transversal que nos proporcione identidad, que nos fortalece, que nos une.
4.       Es importante investigar nuestra realidad local y documentarla, es necesario profundizar en estudios económicos y sociales, plantear un nuevo sistema de indicadores sociales para la Amazonía.
5.       Los gobiernos locales deben coordinar acciones, planificar para el desarrollo, realizar su ordenamiento territorial, pensar en función de mediano y largo plazo.
6.       Políticamente es importante impulsar una escuela de liderazgo, que prepare a las ciudadanas y ciudadanos, para ser buenos servidores públicos.
7.       Las organizaciones de base, deben salir de la comodidad de su retórica de amargura y atada a viejas prácticas políticas, es necesario proponer nuevos esquemas de desarrollo, “hablar menos y actuar más”.
8.       Aprovechemos la infraestructura existente como el Aeropuerto Jumandy, y participemos activamente en la construcción e implementación de la nueva Universidad Amazónica IKIAM, proyecto presentado por el Gobierno Nacional.
9.       Finalmente, si nosotros como  Amazónicos no impulsamos nuestro desarrollo de manera creativa y articulada a los niveles regional nacional e internacional, lamentaremos en pocos años más, una vez más, seguir siendo solamente espectadores de iniciativas externas.


[1] Este modelo viene siendo aplicado desde la época republicana y consolidada desde finales del siglo XIX con la exportación de cacao, caucho y café, posteriormente de banano y finalmente de petróleo, es el imaginario del país proveedor de materia prima e importador de bienes y servicios. Nota del autor.
[2] Mapa de Ecosistemas de la provincia de Napo. Gobierno Provincial de Napo 2010, aplicando la metodología de identificación de ecosistemas andinos propuesta por Carmen Josse M.
[3] La provincia alberga a parte de los parques nacionales Cotopaxi,  Llanganates, Sumaco Napo-Galeras y Cayambe- Coca, también a la Reserva Ecológica Antisana, y extensas áreas de bosques protectores, patrimonio forestal, y en menor extensión áreas de protección privadas.
[4] La parroquia de Chontapunta en el cantón Tena, el 60.80% de su población se ubica en niveles de extrema pobreza por NBI, mientras que el 99.80% del total de la población se ubica en niveles de pobreza por NBI. SIISE 2012.
[5] Ecuador es un país bipolar, teniendo a Quito y Guayaquil como los centros más importantes, como un resultado de Quito como capital político – administrativa y al Puerto de Guayaquil como la ciudad económica del país. Nota del autor.
[6] Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial
[7] Principio económico que establece invertir en tecnología, conocimiento. Posibilita dejar de ser abastecedores del centro de materia prima. Potencializa el talento humano. Nota del autor.
[8] Ejemplos tenemos a la Comunidad Europea conformada por 27 estados y con el Euro como moneda de transacción. Introducida en formato de billetes y monedas en 2002. Dato tomado del Banco Central Europeo. Euro sistema.
[9] Sin embargo estos países conforman la Unión de Naciones del Sur UNASUR, con sede en Quito, creada en Brasilia el 23.05.2008. Tomado de http://www.integracionsur.com/sudamerica/TratadoUnasurBrasil08.pdf
[10] Tomado de clases de Economía, en el marco de la Maestría de Planificación Regional y Desarrollo Territorial. PUCE, 08.05.2008
[11] Tesis contraria a la de David Ricardo (Inglaterra 1782  - 1823), quien sostiene que cada país debe especializar su producción, de tal forma que genere complementariedad.
[13] Tomado del Libro “Amazonía sin Mitos”. Tratado de Cooperación Amazónica. 
[14] Origen y decadencia  del Gamonalismo en la Sierra Ecuatoriana. Autor Hernán Ibarra Crespo. CAAP. Quito 2002.
[15] Anne Christine Taylor, "El Oriente Ecuatoriano en el siglo XIX; 'El Otro Litoral'", en Juan Maiguashca, ED., Historia y Región en el Ecuador, 1830 ­ 1930, Corporación Editora Nacional / FLACSO, Quito, 1994.
[16] Lamentablemente el debilitamiento político del General y su posterior desaparición física, paralización la ejecución de la obra y el abandono definitivo del proyecto.
[17] Actualmente la población Amazónica es de 739.814 habitantes, llegando al 6% de la población total del Ecuador. Censo INEC 2010. www.inec.gov.ec
[18] La era petrolera en el Ecuador y su incidencia en el presupuesto General. Luis Ángel Velasteguí Martínez. www.eumed.net/cursecon/ecolat/ec/lavm-petr.htm




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